Activos Intangibles: El Tesoro Oculto de tu Empresa y Cómo Salvaguardarlo

Por Mónica Lisette Rayas Ortiz
| Mtra. en Derecho Comercial y de la Empresa |
| Consultora de Negocios en Bucle® |
| Especialista en Propiedad Intelectual |
| Psicoanalista individual y de grupos |

En el mundo empresarial actual, lo más valioso no siempre es visible. Las ideas, el prestigio, el diseño, los conocimientos, la experiencia acumulada… Todo eso que no se puede tocar, pero que sostiene y proyecta a una empresa, pertenece al reino de los activos intangibles.

Estos activos, aunque invisibles, representan el alma estratégica de los negocios contemporáneos. Son, en muchos casos, el principal diferenciador de una empresa en el mercado digital e hiperconectado en el que vivimos. Sin embargo, aún son pocas las empresas que los identifican con claridad, los valoran adecuadamente o los protegen de forma estratégica. Y es ahí donde comienza la verdadera oportunidad.

¿Qué son los activos intangibles?

Desde una perspectiva legal, los activos intangibles abarcan una amplia gama de elementos no físicos que generan valor: marcas registradas, patentes, derechos de autor, secretos industriales, bases de datos, algoritmos, diseños, contratos de colaboración, metodologías propias, know-how, imagen comercial, experiencia del cliente, entre otros.

Según la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial (LFPPI), estos elementos pueden ser protegidos para otorgar un uso exclusivo a su titular, representando no solo un blindaje jurídico sino una ventaja competitiva sostenida.

¿Por qué son un tesoro oculto?

Porque muchas veces no se ven, pero sostienen. No se contabilizan en el balance general, pero representan la esencia diferenciadora de la empresa. Son como raíces profundas: invisibles al ojo, pero determinantes para el crecimiento.

En consultorías como Bucle®, nos especializamos en hacer visible lo invisible. Nuestro enfoque permite no solo identificar y proteger estos activos, sino integrarlos de forma estratégica al modelo de negocio y su expansión. Y no hablamos solo del registro marcario —aunque es el punto de partida ideal—, sino de cómo estos activos se articulan con la cultura organizacional, la experiencia del cliente y el futuro digital de las empresas.

De la estructura legal al diseño de experiencia

Hoy más que nunca, las empresas necesitan pasar del producto al propósito, del objeto a la relación, del servicio a la experiencia. Por ello, no basta con registrar una marca: es necesario entender qué representa, cómo se percibe y cómo se comunica. Una marca registrada no es solo un trámite, es una declaración de identidad, pertenencia y proyección.

En Bucle®, unimos la especialidad legal con una visión estratégica y humana del negocio. Contamos con experiencia en propiedad intelectual, diseño de servicios y psicología empresarial, lo que nos permite intervenir desde múltiples niveles para diseñar empresas más conscientes, sólidas y preparadas para el entorno digital.

¿Cómo se salvaguardan los activos intangibles?

A través de un proceso estructurado que abarca:

  1. Identificación: Diagnóstico de los activos intangibles que ya existen en la empresa y de aquellos que pueden desarrollarse.

  2. Valorización: Análisis de su impacto en el modelo de negocio y su potencial comercial.

  3. Protección: Registro ante el IMPI, contratos, licencias, secretos industriales, códigos de ética y políticas internas.

  4. Estrategia: Diseño de planes de acción que integren los activos intangibles al crecimiento comercial, digital y cultural de la empresa.

Todo lo anterior, alineado con el Reglamento de la Ley de la Propiedad Industrial y la jurisprudencia más reciente en la materia​reglamento a la ley pro….

¿Por qué hacerlo con Bucle®?

Porque entendemos que los negocios no solo se estructuran desde afuera, sino también desde adentro. Porque no solo vemos el expediente, sino el contexto. Y porque integramos el aspecto legal, emocional, simbólico y estratégico en cada intervención.

Además, programas como PROMENTAL® —diseñado por Bucle®— permiten acompañar los procesos de transformación interna de las empresas, atendiendo la dimensión emocional, cultural y humana que toda evolución empresarial requiere. Una marca registrada protege el nombre; pero una empresa protegida, alineada y consciente, protege su futuro.

Hazlo en bucle.
Protege lo que vale, transforma lo que importa, y hazlo con estrategia, estructura y sentido.

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